Saludos a todos, mis queridos lectores. Este mes de mayo he estado demasiado ocioso, más de lo que yo mismo hubiese deseado, pero los compromisos de estas últimas semanas no me han permitido ni salir en bici, ni poder escribir en el blog.
Aún así, mis queridos rotondetis han continuado saliendo y el sábado pasado cuatro de nuestros más aguerridos compañeros participaron en la cicloturtista de Pamplona, dejando el pabellón rotondil muy alto. Os voy a dejar el enlace a esta prueba para que podáis ver el recorrido, clasificaciones y muchas cosas más. (Cicloturista de Pamplona 2014)
Sin más rollo, os dejo a continuación la crónica de este magnifico día de ciclismo en estado puro gracias al buen hacer de mi tocayo David Rio.
24 de mayo de 2014
Recorrido: Pamplona - Pamplona (cicloturista)
Corredores: El Rubio, Javi, David Rio y Alfonso.
Distancia: 140 km.
Corredores: El Rubio, Javi, David Rio y Alfonso.
(imágen cortesía de www.altimetrias.net)
No sé ni por donde empezar y os diré que esta ha sido mi primera ciclo que hago, con el permiso que el pasado sábado para hacerme a la idea me dió por pasarme por la Lauidoar Zicloturista y hacerme la corta del 114 km y de paso saber de qué va esta historia, pues como me decía El Rubio, "has elegido para desvirgarte una marcha entrando por la puerta GRANDE", y así lo es...jejeje...
No sé ni por donde empezar y os diré que esta ha sido mi primera ciclo que hago, con el permiso que el pasado sábado para hacerme a la idea me dió por pasarme por la Lauidoar Zicloturista y hacerme la corta del 114 km y de paso saber de qué va esta historia, pues como me decía El Rubio, "has elegido para desvirgarte una marcha entrando por la puerta GRANDE", y así lo es...jejeje...
A las seis de la mañana cargamos las bicicletas después de una noche en la que no dormí todo lo bien que me hubiera gustada, pero ya se sabe que las primeras veces en todo crean su nerviosismo, y salimos dirección Pamplona aterrizando bajo la plaza del castillo para poner apunto bicis e indumentaria, siempre con la enorme duda de qué ponerse.
Salimos al exterior y ahí es cuando me doy cuanta de todo el montaje que la organización a preparado, su camión de firmas como si fuéramos profesionales, el arco de salida, vayas publicitarias etc... La temperatura rondando los 9 grados se hacían llevaderos y un cielo que no amenazaba lluvias me hacen sentir que por fin podré hacer este reto que tengo en la mente desde hace un mes. Y ahí nos pusimos atrás (creo que para darme tranquilidad al novato y agradezco) los Javis, Alfonso y un presente mientras a la vez saludamos algunos conocidos.
Si dio el pistoletazo de salida y los aproximadamente 700 participantes de la larga salimos por las calles de Pamplona dirección sur para ir haciendo parte del camino de Santiago por los Zizures haciendo una salida bastante tranquila y sin aglomeraciones, yo lo veía perfectamente desde atrás la tranquilidad, y es que en 18 km es donde comienza el primer puerto de la jornada y ahí ya nos irá poniendo a cada uno en su sitio. Un puerto constante que no miente en sus cifras y que curiosamente su parte menos amable es su comienzo con un rampón donde ya nos dan la bienvenida a lo que vamos a ir encontrándonos a lo largo de la marcha. Es un puerto de casi 7 km y siempre por encima de 6% sin rampas duras y sin descansos, muy constante. Un puerto con unas vistas IMPRESIONANTES a la que se va ganando altura.
El descenso se hace cómodo pero rápido siendo una bajada para disfrutar y de este modo, y sin prácticamente hacer un metro llano, llegamos al siguiente alto en una zona llena de campos de cereal y con el pantano de Alloz que cuando le pega el sol coge ese color turquesa que tan especial le hace, bajada y al siguiente alto que me llama la atención el atravesar el pueblo de Irurre con sus curvas y recurvas haciendo la salida del pueblo una rampa que nos llevará a la cima de este alto y así hacemos estos dos terceras.
Bajada rapidísima de nuevo con un asfalto rugoso y salimos dirección al siguiente alto, el de Lezaun, pero aquí en un repecho pincha Alfonso y paramos a cambiar, unos minutos que nos alejan mucho del grupo donde viajábamos muy cómodos la verdad, y sin darnos cuenta nos quedamos solos remando en una zona bastante jodida hasta donde empieza realmente la subida a Lezaun que empalmamos con gente y en la cima nos espera El Rubio.
Cogimos un grupo majete y a relevos todos nos ponemos subiendo dirección al alto de Lizárraga a muy buen ritmo, bastante cómodos y apenas viento. Coronamos y ahí en el avituallamiento nos metimos un sándwich, frutos secos y recargamos bidones mirando al cielo las nieblas y nubes negras amenazando lo peor, fuera aparte de que la temperatura había pegado un bajón considerable.
Tocaba bajar por una zona sombría (PRECIOSA) con el fresco y he de reconocer que aquí pasé frio, pero vamos, que fueron unos 10-15 minutos pues cuando llegamos abajo nos pusimos a dar relevos como balas solo para entrar en calor y ya con el sol de nuevo en la espalda la cosa cambió.
Aquí hicimos unos km en llano, muy pocos y los únicos de la jornada, para ir al lado de la autovía y llegar al inicio del punto caliente del día, el alto de San Miguel De Aralar.
Toda la mañana se va hablando de este puerto y la gente con la que te vas encontrando no deja de comentarlo y darle su importancia en una marcha tan larga. Es duro y la altimetría no miente y ahí está para verla, son 9 km con un 8% de media con 4 km, 2 de ellos seguidos, por encima del 9% y se nota, un final que es una recta interminablemente y dura que da paso a dos curvas que daban paso al paso por el arco que la organización puso para cronometrar la subida. Yo en mi caso fui de menos a más y dentro de lo que cabe lo disfruté y me sentía en mi "terreno".
Cogimos algo de comer en la cima, otro sándwich, rellenar botes y descenso por una carretera que anunciaban peligrosa y no me pareció para tanto e incluso disfruté. Aquí es donde de nuevo volvimos a pinchar y si que perdimos muchoooooo tiempo pues en dos ocasiones tuvimos que hacerlo y menos mal que bajó un coche de organización para dejarnos un hinchador de píe y meterle presión como debe de ser. Veíamos como nos pasaban los grupos y nos lo tomamos a risa (que si no llegamos al control, que si no nos van a dejar comida, que si ahora detrás de las hayas saldrán unos enanitos...jajaja) y la verdad que en cierto modo en esta parada que tuvimos que hacer forzosamente me dio tiempo a disfrutar de un entorno privilegiado, un hayedo IMPRESIONANTE lleno de vegetación que espero no tardar mucho en volver a realizar un paseo familiar.
Llegamos a Lekumberri para pasar por encima de la autovía que viaja hacia Donosti y nos adentramos en una zona que si llegas sin fuerzas se pueden hacer los siguientes 50 km interminables.
Menos mal que íbamos bien, y aunque solos, nos armamos de valor y nos dedicamos a tirar fuerte a la vez de disfrutar del paisaje y pueblos por donde atravesamos. Esta zona me pareció muy bonita, lleno de encanto, atravesando pueblos, carreteras de cemento, bordas... Un ejemplo en la retina son los pueblos como Berruete pasando por medio mitad siendo un muro elegante o el paso por Etxaleku.
Aquí se pasan dos altos de tercera dirección a Pamplona pero en realidad son varios los repechos y toboganes que hay que ir haciendo donde si pillas un grupo me imagino que se puede volar, pero vamos, que el paisaje para mi gusto hizo que fuera disfrutando continuamente, y como decía El Rubio, ya veis que en ningún momento pone Pamplona por todas la señalizaciones por las que pasamos...jejeje... y en realidad me estaba dando igual siendo sinónimo de que estaba disfrutando.
El recorrido es EXIGENTE hasta el final, pues cuando ves Berriozar piensas que ya estás ahí y aún queda otra trampa de mal gusto por un camino asfaltado (que parece el que sube al monte Cantabria) estrecho que dan la puntilla fina, luego una sucesión de rotondas y cruces (para mi innecesarios) para dar acceso a la cuesta de Santo Domingo entrando por el casco viejo haciendo parte del recorrido de encierro para llegar a la plaza del castillo con todo vallado lleno de publicidad como si de unos pros se tratara y pasar el arco de llegada aflorándome todos los sentimientos que únicamente estos eventos te pueden ofrecer... la bici, el paisaje y el compañerismo NO tiene precio.
Unos abrazos y a comer lo que la organización nos ofreció, en mi caso un plato de pasta con tomate, una cocacola, un flan y café disfrutando sentado en la hierba de la plaza del castillo comentando lo grandes que somos a nuestra altura...jejeje..
