Distancia: 93 km.
Corredores: Luis, Juanito, Manolo, David, Javi Moreno, Javi Rubio y un servidor.
Semana a tope con la llegada de la Vuelta a España a nuestra comunidad con un circuito por nuestra ciudad en la que el teutón del Team Giant Shimano, John Degenkolb se adjudicó la etapa en el sprint, acumulando tres victorias en la vuelta y con opciones todavía de acumular alguna victoria más.
También aprovecho para felicitar a nuestro compañero de andanzas Javi Moreno para felicitarle por duplicado ya que hoy ha sido su cumpleaños y próximamente le tocará cambiar pañales por la inminente llegada de su primer niet@ .
Dicho esto, empiezo con la crónica.
Etapa de mucho subebaja con el viento cambiando durante todo el recorrido. Salimos de la rotonda con puntualidad británica hacia Viana con algo más de 20 grados de temperatura en una jornada que se antojaba dura por la velocidad a la que se podría circular.
Pasada la localidad navarra y hogar de nuestro querido Juan, afrontamos los rampas y bajadas de Mataburros hasta llegar a Torres del Río bastante deprisa. La recta hasta Los Arcos fue dura porque el viento entraba de frente lo que hizo estirar el grupo.Ya en Los Arcos giramos hacia la izquierda para continuar por una carretera en bastante buen estado y con el viento un poco más amigable.
Algo más relajadas continuamos hacia Acedo, dejando la localidad de Mendaza a la derecha. En este momento el gran Juan nos pone las pilas con un ataque seco que lo llevará hasta Santa Cruz de Campezo aprovechando que el viento nos ha dado una pequeña tregua. De hecho, llegamos al pueblo y ni siquiera le vimos con lo que supusimos que nos esperaría en la cercana Genevilla para poder reponer fuerzas y encarar la última parte de la jornada.
Pero no fue así, no le vimos y decidimos parar en la fuente para refrescarnos y tomar algún gel (y avellanas de un avellano que las iba perdiendo cerca de la fuente). Ya repuestos, encaramos la subida hasta el Cortao para llegar a Lapoblación y con Logroño a la vista de pájaro en un momento en que ya empezaba a picar el sol en una jornada en que a mediodía subieron bastante las temperaturas.
La bajada se hizo vertiginosa por parte de Juan y de mí, que no quise perder comba y disfrutar un poco de la velocidad que me faltó en algún tramo de la etapa. De hecho, empezamos a recoger ciclistas que bajaban a Oyón aunque el viento no fue nada amigable con nosotros. Ya reagrupados en Oyón, bajamos por el camino viejo que nos dejó en el Puente Sagasta.
Ya con el trabajo hecho, Javi nos invitó a un suculento ágape que personalmente me sentó genial por el excesivo calor que pasamos en toda la jornada.
Bueno, mis queridos lectores, esto ha sido todo.
Os convoco a la siguiente salida en este mismo blog.
Buena semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario